Ya lo decía Goethe allá por el SXVII: “La cabezadita es una fiel amiga, útil para todo” y ahora en el SXXI lo corrobora la ciencia. La siesta tiene numerosos beneficios para nuestra agilidad cognitiva. Es curioso como tanto los bebés, como las personas de mayor edad, necesitan la siesta para completar su día. Parecen momentos vitales en los que se pueden permitir ese “lujo”. Y en las edades intermedias, desechamos esta costumbre tan complementaria para nuestro aprendizaje, como si fuera una pérdida de tiempo… ¡Qué equivocados estamos!
Ahora sabemos que las personas que duermen habitualmente la siesta obtienen mejor rendimiento en el uso del lenguaje, en la capacidad de memoria y en la orientación. Es un momento en el que nuestro cerebro, a mitad del día, se resetea unos minutos para volver a la carga más fresco. Funciona.
Se ha demostrado que los humanos recordamos mejor la materia estudiada si después de memorizarla echamos una cabezadita. Y esto no sucede por el efecto relajante de la siesta, sino por lo que hace el cerebro mientras dormimos: traslada el contenido alojado temporalmente en el hipocampo a los almacenes de la memoria a largo plazo, en la corteza cerebral. Es casi una cuestión logística, necesitamos dejar hueco para nueva información y para ello, hay que organizar muy bien la mercancía que entra en nuestra cabeza 😉
Otro factor que influye en los beneficios de la siesta es el momento circadiano, parece ser que las primeras horas de la tarde son más favorables.
Pero cuidado, no se trata de dormir a pierna suelta durante un buen rato, sino todo lo contrario. Sorprendentemente se ha demostrado que incluso brevísimas siestas de 5-10 minutos de duración son capaces de provocar una mejoría significativa en la retención de información y reducir el estado de somnolencia que a veces tenemos durante el día. Estos beneficios son prácticamente inmediatos, pues con las siestas breves no necesitamos tiempo de recuperación y sus bondades pueden llegar a mantenerse durante 3 horas.
Puedes utilizar una alarma para que la siesta no se te vaya de las manos, también puedes probar tomar un café justo antes de la siesta y el propio efecto de la cafeína que tarda unos minutos en actuar, te ayudaría a despertar de manera natural.
Importante: se ha demostrado también que para conseguir mayores beneficios con la siesta, esta tiene que realizarse con regularidad, por eso me gusta hablar de sestear 😉
Cuéntame, ¿Cómo es tu relación con la siesta?
Referencias científicas:
Relationship between afternoon napping and cognitive function in the ageing Chinese population, H. Cai et al. en General Psychiatry. 34: e100361, publicado el 25 de enero de 2021.
“Los efectos de la siesta en la función cognitiva” por Nicole Lovato y Leon Lack. Facultad de Psicología, Universidad Flinders, Australia.