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Reflexiones sobre Neuroliderazgo: La agenda arco-iris

ondascerebralesNuestro cerebro no está preparado para la vida moderna, en constante ajetreo, incertidumbre y presión. Los estudios, el trabajo y las actividades que exigen gran atención, hacen que el ser humano esté en continuo estado de vigilancia. Este estado de constante estrés se mantiene y potencia en personas con puestos de responsabilidad, personas que toman decisiones o que lideran equipos. Expertos neurocientíficos hablan ya del Síndrome del Liderazgo Bloqueado, que sucede cuando el cerebro literalmente se sobre carga y no puede procesar la información de forma fluida, ni dar respuestas creativas. Las personas con este síndrome presentan mayor irritabilidad e incluso somnolencia. Jessica Payne (Notre Dame Univ.) y Stephen Thomas (Southampton School of Management), ambos neurocientíficos, demuestran que para superar este síndrome y que nuestro cerebro esté en forma, necesitamos tres variables en nuestro día a día: sueño de calidad, estrés moderado y emociones positivas (afecto). Pero si buscamos evidencias científicas, no podemos obviar las investigaciones del alemán Hans Berger quien, en la década de 1920, descubrió las ondas cerebrales y su relación con diferentes estados de consciencia.

Vamos a hablar de cinco ondas cerebrales principales, medidas según la frecuencia o la velocidad del impulso y la amplitud o el voltaje del impulso. Los investigadores han verificado que ciertos estados psicológicos internos están asociados con una determinada actividad cerebral.

Las ondas Beta son las más comunes en nuestras horas de vigilia y están asociadas a los estados de alerta. Hablamos de la beta-consciencia, cuya medida es de 13 o más Hz segundo, y está asociada con la atención enfocada y el pensamiento activo de una mente con la atención puesta en el mundo externo, en lo que sucede a nuestro alrededor. En este ritmo se manifiesta el más alto grado de excitabilidad cortical y tiene lugar cuando nos mantenemos activos, en el trabajo o cruzando una calle atascada, es decir, actividades que potencian nuestros niveles de estrés.

Las ondas Gamma son las más rápidas del cerebro y provocan una mayor actividad mental y lucidez. Son las ondas de la intuición y la creatividad; se dan cuando estamos en momentos de extrema atención y concentración. Su frecuencia es de 40 a 100 Hz. Son poco habituales en el día a día y no son fáciles de conseguir, sobre todo si estamos inmersos en acciones potenciadoras de las ondas beta. Las Gamma requieren partir de estados de tranquilidad.

Las Alfa son más tranquilas, la frecuencia baja a 8-12 Hz y el estado interno se describe como de lucidez relajada. La atención de nuestro cerebro se desplaza hacia el interior, ya no estamos pendientes de lo que sucede a nuestro alrededor. Se producen si cerramos los ojos y nos relajamos.

Las ondas Theta, con una frecuencia de 4 a 7 Hz, se asocian a la somnolencia, aparecen cuando iniciamos el sueño y, a menudo, están acompañadas por imaginería y por sueños. Nos quedan las ondas Delta, que son las del sueño profundo, con una frecuencia de 0 a 4 Hz.

arcoiris

Es importante recordar que el cerebro siempre está produciendo múltiples ondas cerebrales al mismo tiempo en el transcurso del día. Nuestra habilidad para atender, planificar, contactar o hacer cualquier cosa está íntimamente relacionada con la combinación de las ondas cerebrales que el cerebro produce. Así, la fluidez, ese momento en el que damos lo mejor de nosotros mismos, sucede cuando las ondas cerebrales están perfectamente alineadas con la tarea que estamos realizando. Errores, confusión, estrés, ansiedad, etc., son causadas a menudo por una pésima combinación de ondas cerebrales. El problema viene cuando una onda cerebral comienza a dominar la mayor parte del tiempo, que es exactamente lo que está provocando la vida moderna. La cultura de estrés obliga a nuestro cerebro a permanecer en el patrón de ondas Beta constantemente cuyas consecuencias son el Síndrome del Liderazgo Bloqueado del que hablábamos anteriormente. De aquí la importancia de aprender a gestionar y provocar otras ondas, fomentar la diversidad en nuestras acciones impacta positivamente en el cambio de onda.

El Dr. David Rock, fundador del Neuroleadership Institute, junto con el Dr. Daniel J. Siegel diseñaron una dieta mental con siete tareas esenciales diferentes para que nuestro cerebro esté en forma y se generen cada día todo tipo de ondas cerebrales.

Podemos diseñar una agenda con los siete nutrientes esenciales y los colores del arco-iris, de manera que sea fácil comprobar que los siete colores están en cada día de la agenda. Aquí van los siete nutrientes:

–        Focalizar (color rojo): tiempo dedicado a enfocarse en las tareas, fijarse y cumplir objetivos. Cuando trabajamos o nos mantenemos en estados de alerta. Potenciador de ondas beta.

–        Jugar (color naranja): dedicar tiempo a ser creativos, espontáneos, vivir experiencias divertidas y nuevas, reírnos. Potenciador de ondas gamma.

–        Conectar  (amarillo): tiempo dedicado a conectar con los demás, disfrutar de una buena conversación, mantener contacto físico. Potencia todo tipo de ondas según el tipo de contacto.

–        Hacer ejercicio Físico (verde): practicar algún deporte, caminar, bailar, moverse. Potenciador de ondas gamma y beta.

–        Desarrollar la introspección (azul): momentos de reflexión, cuando nos dedicamos a mirarnos por dentro, enfocándonos en nuestras sensaciones, pensamientos… Potenciador de ondas alfa, gamma y theta.

–        No hacer (añil): tiempo de no hacer nada, relajarse, permitir al cerebro dar vueltas sin un objetivo. Potenciador de ondas theta y delta.

–        Dormir (violeta): sueño de calidad, dar al cerebro el descanso que necesita, para consolidar los aprendizajes del día y recobrar fuerzas. Potenciador de ondas delta.

Marta Romo, socia directora de Be-Up

Publicado en Abril 2013 en Observatorio de RR.HH.

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