Seguro que a veces te gustaría ser como los superhéroes del cómic y las películas y poder contar con superpoderes que te ayuden a conseguir cosas que te parecen imposibles a primera vista. La realidad es que es más fácil de lo que piensas si pones a la neurociencia de tu parte. A continuación verás unas claves sencillas y poderosas.
Aprender a “doparnos” de manera natural. ¿Cómo? Activando el circuito de recompensa de nuestro cerebro. Sabemos que cuando la dopamina es protagonista somos capaces de dar lo mejor de nosotros mismos, es como si estuviéramos literalmente dopados. Este maravilloso neurotransmisor es la base de la motivación, pues nos moviliza hacia el estímulo que la provoca. Y también es la base del aprendizaje, pues nos ayuda con la atención y la retención. Activamos este circuito cuando estamos tranquilos y hay emociones positivas, por ejemplo con el agradecimiento o el feedback apreciativo.
Identificar los engaños del cerebro. El cerebro nos engaña constantemente y es una cuestión de supervivencia. Conocer nuestros sesgos inconscientes resulta clave para poder superarnos. Algunos sesgos tienen que ver con completar información cuando hay incertidumbre… por cierto, solemos ponernos siempre en el peor de los casos. Dotar de realidad a nuestros pensamientos negativos o catastrofistas, nos ayudará a disipar este tipo de sesgos.
Descubrir el poder de las elecciones. Cada una de nuestras acciones viene precedida siempre de una orden que damos a nuestras neuronas motoras para que se pongan en movimiento. Podríamos ser más libres de lo que somos, ya que constantemente estamos eligiendo lo que vamos a hacer. Sin embargo, no siempre somos conscientes de ello… esto es por un lado porque nos han educado en esta filosofía y, por otro, porque el margen de maniobra que tenemos es muy reducido, pues hablamos de microsegundos. La clave está en el tiempo, necesitamos tiempo para procesar la información. El tiempo marca la diferencia entre reaccionar (cuando actuamos automáticamente ante un estímulo externo) y responder (cuando elegimos la actuación ante un estímulo externo). Pararse de vez en cuando en situaciones importantes y tomarse un tiempo puede ayudar a dejar de reaccionar y empezar a responder.
Utilizar el lenguaje como motor emocional. Lo que decimos nos desnuda. Las palabras que empleamos para definir la realidad son una proyección sobre cómo vemos el mundo y cómo estamos por dentro. Por otra parte, las palabras activan en nosotros emociones, acciones y pensamientos. Por ejemplo, no es lo mismo decir “voy a intentarlo” que decir “voy a hacerlo”, ni siquiera es lo mismo que “voy a lograrlo”. Aunque estemos hablando sobre la misma acción, la connotación que le damos con el lenguaje, el nivel de intensidad de cada una de estas expresiones, es diferente e implica una orden con diferente nivel de intensidad en tu cerebro. Aprender a utilizar un lenguaje capacitador puede ayudarnos muchísimo a tener más energía, a ser más optimistas y a influir en los demás.
Aplicar la filosofía de “hacer nada” o perder el tiempo varias veces al día. Está demostrado científicamente que las mejores ideas surgen cuando no fuerzas a tu cerebro. Esto es así porque el cerebro necesita tranquilidad para poder ponerse en alto rendimiento (creatividad). Sabemos que justo antes de un “eureka” (onda gamma: patrón de oscilación neuronal que habitualmente está en torno a los 40 Hz) nuestro cerebro estaba ensimismado, muy relajado, con los ojos cerrados aunque despierto (onda alfa: en torno a los 8-13 Hz). Esto explica fenómenos como la procrastinación: tendemos a posponer lo que tenemos que hacer cuando implica dificultad y mientras tanto hacemos otras cosas intrascendentes. Es un mecanismo del cerebro para dar ese salto creativo, que te lleva a hacer cosas sencillas, como perder el tiempo previamente. Por eso las mejores ideas surgen cuando menos te lo esperas. Si esto lo aplicamos conscientemente varias veces al día, notaremos cómo incrementa nuestra capacidad para encontrar nuevas soluciones, relacionar conceptos y tomar decisiones entre otras cosas.
¿Mi propuesta? Aprovecha estas fechas navideñas para incorporar a tus hábitos estos superpoderes. ¿Mi deseo? Que 2019 sea un año memorable en nuestras vidas.
¡Feliz Navidad!
Puedes ampliar esta información con Diez superpoderes que aumentan su influencia laboral, reportaje de Montse Mateos en el diario Expansión para el que preparé estas cinco claves.