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La mujer líder: Actualizaciones II


Hoy he estado ordenando libros en casa y al tener en mis manos el emblemático texto que en 1963 escribió Betty Friedan, «La mística femenina», me fijo en el divertido marcador y al abrirlo me entretengo en leer el texto de esa página. Betty decía que las mujeres, especialmente las que tenían una educación formal, no eran felices con su papel de amas de casa. Estas mujeres, que poseían capacidades para llevar a cabo profesiones fuera de casa, se veían haciendo tareas vulgares que estaban muy lejos de satisfacer sus deseos. Entre los problemas resultantes enumera: crisis emocionales, alcoholismo, matrimonios adolescentes y embarazos ilegítimos. Llegaba a la conclusión de que “el único modo de que una mujer, lo mismo que un hombre, se encuentre a sí misma y se reconozca como persona es por medio de un trabajo creativo. No hay otro modo”. Para Friedan, esto significaba que las mujeres debían salir del hogar para trabajar a tiempo completo.

Muchas otras escritoras feministas de los años 60 y 70 aseguraban que la mujer sufría estrés emocional y psicológico al atribuirse papeles tradicionalmente femenimos, y animaban a las mujeres a tener sus propias profesiones y cambiar sus posturas acerca de los roles de la mujer en la sociedad. Después de casi cincuenta años, podemos decir que la mujer, en el mundo occidental, ya no tiene por qué estar «encerrada en casa», que tiene opciones y que puede elegir una profesión. Pero la mujer, sigue sufriendo estrés emocional y psicológico. En este tiempo no hemos logrado superar este mal.

Por todo ello, me he planteado la cuestión de la felicidad en la mujer como un tema intersante de estudio. Ya que la felicidad está tan de moda, sería interesante analizarlo con una perspectiva no tanto de género, sino más bien longitudinal. Cómo ha sido la trayectoria de la mujer en términos de igualdad y de felicidad. ¿Existirá una correlación?

He estado buscando por la red, diferentes estudios científicos y comparativos relacionados con la felicidad de la mujer en términos de satisfacción personal y bienestar subjetivo. No he encontrado ningún estudio reciente.

En un estudio de Willem A. Arrindell publicado en 1997, que analizaba a 36 países, se concluye que los países que eran femeninos y ricos tenían los niveles medios más altos de SWB (bienestar subjetivo – felicidad). En este momento me pregunté, ¿Son países ricos porque persiguen un modelo más femenino o son más femeninos porque su nivel de riqueza lo permite?, ¿Son más felices porque tienen modelos mentales más femeninos o porque tienen riqueza?, ¿Y cómo son estos países más femeninos?

En este estudio, se enumeran las normas sociales que, según otro autor describírían las características de los países femeninos y masculinos (Hofstede, 1980, págs. 294-295. Os propongo un juego: adivinar qué características pertenecen a las normas sociales de cada género.

    • “Los roles de los sexos en la sociedad deberían ser fluidos” frente a “los roles de los sexos en la sociedad deberían estar claramente diferenciados”.

 

    • “Las diferencias en los roles de los sexos no deberían implicar diferencias en poder entre los sexos” frente a “los hombres deberían dominar en todas partes”.

 

    • “La persona como ideal” frente al “machismo (ostentación de la hombría) y hembrismo (este término es de cosecha propia e implica pensar que los hombres tienen la culpa de todos nuestros males) como modelo”.

 

    • “Tanto el padre como la madre se utilizan como modelos ante niños y niñas” frente a “el padre se utiliza como modelo para los niños y la madre para las niñas”.

 

  • “La calidad de vida y el entorno son importantes” frente a “los resultados y los crecimientos son cruciales”.

Solución: la primera parte de cada frase se refiere a las normas sociales de los países más femeninos, frente a la segunda parte que se refiere a las masculinas.

Según el estudio de Arrindell y Hofstede, al compararlos con los países masculinos, los más femeninos ofrecerían a ambos sexos, más oportunidades para la realización de múltiples labores sociales (empleo, formaión, maternidad, paternidad, etc.) que se relacionan con un estado de buena autoconsideración, baja morbilidad (los efectos de una enfermedad en una población en el sentido de la proporción de personas que la padecen en un sitio y tiempo determinado), menos restricciones en actividades, uso menos frecuente de cuidados médicos y bajo consumo de drogas tanto para hombres como para mujeres, además de tener efectos positivos adicionales respecto a la salud para ambos sexos. Otros autores confirman estas conclusiones con otros estudios anteriores: Bamett & Baruch, 1987; Barnett & Rivers, 1996; Cleary 1987; Diener, 1984.

Lo que concluyen estos resultados es que las normas sociales de países más femeninos, influirían positivamente en el bienestar subjetivo general de todos, hombres y mujeres. Una vez más, necesitamos cambiar de enfoque para ser más felices todos. Este es el enfoque de la persona. Según estos estudios, se destacan a algunos países femeninos como Suecia y Holanda, ¿Dónde estaría España según estos criterios?

Por último y para decirlo todo, también se recoge en las conclusiones de la mayoría de éstos estudios, que la mentalidad femenina se mantiene más fácilmente si un país es rico que si es pobre (Hofstede, 1980, pág. 295).

Seguiré buscando…

 

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