¿Sientes que trabajar más horas no te hace más productivo? ¿Quieres ser más más eficaz? La clave es ser dueños de nuestro tiempo. Si no lo somos, estaremos a merced de los demás y será más difícil lograrlo. A priori, los profesionales por cuenta propia parece que lo tiene más fácil aunque trabajando por cuenta ajena también se puede conseguir. Y precisamente es de lo que trata este post: las claves para ser dueños de nuestro tiempo.
Los mayores adversarios de la eficacia son dos: uno mismo y el jefe (y por este orden). De hecho, el impacto de los jefes es brutal. Los de arriba son los que tienen que dar ejemplo y ser modelos de una cultura eficaz, si bien es cierto que el entorno físico o incluso el ambiente o clima laboral, también afectan. Por ejemplo, un espacio abierto de trabajo que favorece la colaboración y la transparencia, puede ser perjudicial para que podamos concentrarnos cuando tenemos tareas difíciles… o podemos tener más interrupciones por el mero hecho de “estar a tiro”.
Una vez que tenemos claro que el principal enemigo suele ser uno mismo, hablemos de plantificación y metodologías. En primer lugar, hay que aclarar que la planificación está para liberarnos, no para estresarnos. El objetivo no es ser esclavo de uno mismo, por lo que hay que huir de planificaciones rígidas. No se trata tanto de planificar o priorizar, sino de ordenar, agrupar y hacer, como dice David Allen. De hecho, a mí me gusta su metodología GTD (get things done) porque se dirige a lo que necesita el cerebro para funcionar mejor y ser más productivo. Se basa en el principio de que hay que liberar la mente de las tareas o temas pendientes, para poder ocuparla en lo que estás haciendo aquí y ahora. Funciona muy bien y tiene cada vez más adeptos, pues realmente toca las teclas clave para fomentar nuestra eficacia mental, como liberarte de lo pendiente, guardar las cosas en su sitio, agrupar tareas, empezar por cosas difíciles respetando el desgaste energético de nuestro cerebro, etc. Así, funcionan mejor las listas de tareas por temáticas, facilitar el almacenamiento y acceso de información, sacar los pendientes de tu mente y tener recordatorios externos… que una planificación exhaustiva sobre lo que tienes que hacer.
Y ahora a lo práctico, ¿cómo nos hacemos dueños de nuestro tiempo si no lo somos?
– Necesitas ser asertivo, tener autoconfianza y muy claras tus prioridades. Para ello son clave el foco o gestión de la atención, la organización y renunciar a determinadas cosas que no aportan valor, porque la mayor parte de lo que hacemos no aporta valor ni cambia nada… Vaya, que no contribuyen a la cuenta de resultados, ni pasaría nada si dejáramos de hacerlas.
– Imprescindible educar al entorno y compartir las claves sobre cómo se hace. Explica cómo te organizas y cómo trabajas; atrévete a proponer mejoras y a decir que no cuando no te viene bien. También ayuda que hables de tu calidad de vida y la liberación que obtienes al organizarte mejor.
– Fórmate en materia de productividad. No se trata de hacer un curso de gestión del tiempo generalista, sino una formación en herramientas concretas y variadas, para que se adapten a la necesidad y diversidad de cada uno.
– Ojo, con la hiperconexión, es una moneda con dos caras. Por un lado, es enemiga de la eficacia, pero si se utiliza adecuadamente puede ser el mejor aliado. Estar siempre disponibles y con la necesidad de consultar el correo y las redes sociales es algo fascinante y a la vez peligroso por el impacto que puede tener en nuestra salud. Problemas de sueño, dolores de cabeza, cansancio, irritabilidad, problemas de memoria, de atención… son solo algunos.
Por último y si está en tu mano, existen políticas que pueden fomentar la eficacia, como todo lo que tiene que ver con el teletrabajo o trabajo flexible, la racionalización de horarios –en este punto estamos a años luz todavía como sociedad–, el fomento de hábitos de vida saludable que incluyan el descanso, el deporte y la alimentación…
Pero más allá de la conciencia que haya en tu empresa, hazte dueño de tu tiempo, no solo serás más eficaz y productivo en tu vida profesional, sino también en la personal, y todo ello redundará en que serás más feliz.