El maravilloso fenómeno de aprender no funciona igual en todos nosotros. Nuestro cerebro percibe primero la información y después la procesa, pero no todos lo hacemos de la misma manera. Y ahí está la clave de nuestras diferencias. Hemos ido estimulando nuestro cerebro para que vaya por un camino u otro, para que dé prioridad a una cosa o a otra. Por ejemplo, ante una misma situación, unas personas perciben la información de una manera concreta y otras de forma abstracta. Son maneras opuestas a la hora de percibir. También encontramos polos opuestos a la hora de procesar la información: unas personas procesan más rápido si entran en acción y otras son más eficaces en el procesamiento si están quietos y reflexionan.
Para conocer mejor cómo funciona tu cerebro a la hora de aprender, puedes preguntarte:
- Con respecto a la percepción:
Normalmente presto más a tención a…
… los hechos concretos, los detalles, lo sucedido, lo dicho, la emoción…
Si tu respuesta es afirmativa, percibes primero lo concreto.
… el contexto, el sentido de las cosas, el origen del acontecimiento, las consecuencias…
Si tu respuesta es afirmativa, percibes primero lo abstracto.
- Con respecto al procesamiento:
Pienso que soy más eficiente e incluso más creativo…
… cuando estoy haciendo cosas… es decir, sobre la marcha.
Si tu respuesta es afirmativa, procesas mejor cuando entras en acción.
… cuando estoy quieto… es decir, reflexionando.
Si tu respuesta es afirmativa, procesas mejor cuando estás en reflexión.
Aquí tienes un resumen de los distintos estilos de aprendizaje, combinando estas dos variables que hemos visto.
- Aprendizaje sobre la marcha: combina la percepción concreta con el procesamiento activo. Necesitan estar haciendo cosas, varias cosas a la vez. Les va la marcha y aprenden mejor cuando están ya enfrentándose a la tarea. No necesitan pensar antes de hacer. Un poco de reflexión y descanso, les ayudará a encontrar mayor equilibro.
- Aprendizaje por alternativas: combinan la percepción concreta con el procesamiento reflexivo. Necesitan observar las situaciones y pensar muchas cosas a la vez. Se les ocurre una cosa y luego otra y otra y otra. Antes de entrar en acción necesitan ver todas las opciones que tienen o pueden tener. Un poco de foco y planificación, les ayudará a encontrar el equilibrio.
- Aprendizaje por análisis: combinan la percepción abstracta, con el procesamiento activo. Necesitan pensar cómo organizarse, antes de actuar. Analizan las situaciones y buscan la mejor manera de afrontarlas. Organizan muy bien los recursos y tratan de ser eficientes, esto es lo que les ayuda a aprender mejor. Prefieren ir de uno en uno, en lugar de mezclar. Un poco de creatividad y apertura, les ayudará a encontrar el equilibrio.
- Aprendizaje por comprensión: combinan la percepción abstracta, con el procesamiento reflexivo. Necesitan reflexionar sobre las cosas antes de hacerlas, entender el por qué y el sentido. No van a entrar en acción hasta que lo tengan muy claro y buscan poner orden en su cabeza. Un poco de atrevimiento y emoción, les ayudará a encontrar el equilibrio.
¿Ya sabes cómo aprende mejor tu cerebro? No hay una manera mejor que otra de aprender, sino tu manera. Las distintas formas de aprendizaje son necesarias porque son complementarias ¡Viva la diversidad! Estas claves son muy valiosas. Identificar cómo percibimos y cómo procesamos, es conocer nuestras fortalezas y por tanto podemos apoyarnos sobre ellas con más conciencia, sin juicio y sin tratar de cambiarlo. Aunque los extremos no son buenos, es interesante equilibrar también. Recuerda que si aprendes mejor así y has hecho un hábito de ello, es porque es tu mejor estrategia. Pero además, podemos incorporar la manera opuesta de percibir o procesar, en situaciones en las que necesitamos ampliar la mirada y nuestra zona de confort… Tu manera de aprender, te ha ayudado a llegar hasta aquí, deberías darle las gracias 😉