¿Alguna vez te has preguntado cómo sería tu día si hicieras menos? En nuestro afán por ser productivos y estar siempre “conectados”, solemos complicar nuestras vidas más de lo necesario. Por eso, en este artículo quiero hablaros de algo que me apasiona: la revolución sustractiva. Es una forma sencilla, pero muy eficiente, de cuidar de nuestro cerebro.
Demasiado ruido. Nuestro cerebro no está diseñado para el bombardeo constante de información y tareas multitarea del mundo moderno. Esto no solo nos agota, sino que diluye nuestra capacidad de concentrarnos en lo que realmente importa. Es hora de parar y preguntarnos: ¿todo esto es necesario?
La esencia de la revolución sustractiva. ¿Qué es esto de la revolución sustractiva? Muy sencillo: se trata de hacer una limpieza de todo aquello que sobrecarga nuestro día a día. Esto puede ser desde no aceptar una reunión que sabemos que no aportará nada, hasta dejar de lado esos pequeños “deberes” que nos autoimponemos y que, en realidad, no cambian nada.
¿Por qué decir no?
- Claridad mental: al eliminar lo superfluo, nuestro cerebro puede respirar y enfocarse mejor.
- Menos estrés: con menos “debes” en nuestra agenda, disminuye la ansiedad.
- Más eficacia: curiosamente, cuando haces menos, lo que haces, lo haces mejor.
- Creatividad al alza: al tener más espacios abiertos en nuestra mente y en nuestro tiempo, la creatividad florece.
Poniéndolo en práctica
- Revisa tu día: al final de cada día, pregúntate qué podrías haber evitado hacer sin que nada importante se perdiera.
- Aprende a decir no: no es fácil, pero es necesario. Si algo no aporta valor, declínalo.
- Prioriza lo importante: ¿qué es realmente crucial en tu vida? Dedica tu tiempo y energía a eso.
- Delega y automatiza: si alguien más puede hacerlo, ¿por qué no permitirlo?
Un ejercicio diario: ¿qué vas a dejar de hacer hoy? Te invito a que cada día te hagas esta pregunta. Te ayudará a discernir entre lo esencial y lo accesorio, y te sorprenderás de cuántas cosas hacemos solo por inercia.
Incorporar la revolución sustractiva en tu vida no es simplemente hacer menos, es hacerlo mejor. Es darle a tu cerebro el espacio que necesita para funcionar óptimamente. Y recuerda, al final del día, menos es más cuando se trata de nuestro bienestar mental.
¿Te animas a probarlo? Empieza hoy mismo y descubre cómo simplificar tu vida puede llevarte a un estado de mayor claridad y satisfacción. ¡Menos puede ser mucho más!