¿Ya sientes cómo el estrés te pisa los talones? La agenda se llena y la jornada laboral amenaza con hacerse interminable. La pregunta es clara: ¿Es inevitable vivir estresados o hay alternativas? ¿Qué podemos hacer para mitigar los efectos del estrés cotidiano, del estrés digital y del ajetreo de la vida moderna? La respuesta, contundente: adquirir nuevos hábitos saludables para nuestro cerebro, que nos permitan estar conectados interiormente. Es la clave para no dejarnos a la deriva, dando bandazos en función del viento que sople fuera, de la última petición de nuestro jefe, de nuestros hijos, pareja, amigos, vecinos… Esto implica adquirir cierta disciplina diaria, tomárnoslo en serio, ya que la tentación de estar descentrado es muy apetitosa. En palabras del doctor Carlos A. Logatt, “En los lóbulos frontales de nuestro cerebro tenemos la llave de nuestro destino. Allí se organizan nuestros planes y las decisiones que surgen gracias a la interacción de todas nuestras neuronas”. Mantenerlos en forma es una cuestión muy seria para construir el futuro viviendo en el presente. Veamos algunas recomendaciones para entrenarnos en presencia:
- Permítete descansos breves periódicamente. Sabemos desde hace bastante tiempo, que la atención es cíclica y que no podemos mantenerla largos periodos de tiempo. En 1948, Mackworth investigó el rendimiento continuo y observó que comienza a disminuir a partir de la primera media hora de atención. Concluyó que si se hacen pausas breves cada treinta minutos, el nivel de rendimiento permanece a un nivel superior y casi constante.
- Acuérdate de respirar. Hay ocasiones en que, bien por la emoción, bien por los nervios, tardamos mucho en coger aire. ¡Es como si se nos olvidara respirar! De vez en cuando, tomar conciencia de cómo estamos respirando nos ayudará a que la introducción de oxígeno en nuestro cuerpo sea la necesaria, ni más ni menos.
- Conéctate por bloques, no constantemente. Limitar el uso del correo electrónico a ciertos momentos del día puede ayudarnos a mantener nuestra atención focalizada en la tarea. Esperar al menos dos horas por la mañana antes de chequear el e-mail evitará que los demás, a través del correo, organicen nuestro día. Es una vía para comenzar la jornada con lo importante.
- Junta tareas similares. Para aprovechar los umbrales de atención y concentración, espera a enviar correos en bloques, en lugar de ir mandando o respondiendo a demanda. A la hora de informarte, suscríbete a los RSS de tus blogs favoritos y así podrás leer las actualizaciones también en bloques, ahorrando tiempo en buscar las noticias que te pueden interesar.
- Haz menos. El hecho de estar todo el día haciendo mil cosas es un síntoma de vagancia, porque nos dedicamos a acciones indiscriminadas y normalmente de poco impacto y no hacemos lo verdaderamente importante, que suelen ser cosas concretas. Buscar la productividad personal tiene que ver con dedicar menos recursos a conseguir nuestros objetivos y eso pasa necesariamente por la planificación y la reducción de tareas. Menos es más.
- Si tienes que hacerlo, hazlo ya. Huye de la adicción a procrastinar, a retrasar las cosas, aunque siempre exista un motivo o excusa. Al final es mejor quitarse las cosas de encima cuanto antes, porque toda tarea se dilata indefinidamente hasta llegar a ocupar la totalidad del tiempo disponible para su completa realización.
- Desconecta para descansar. Disfruta de la desconexión virtual real. Cuando estés conectado personalmente con tu familia, amigos… apaga el móvil y enciéndelo solo en momentos puntuales. Cuando el móvil está encendido, la tentación de consultarlo es mucho mayor. Ponte un horario de apertura y cierre, al igual que en las oficinas o los comercios, que todos sepan cuánto te pueden localizar y cuándo dejas de estar disponible. Está demostrado que no podemos descansar si seguimos conectados mentalmente.
- Dedica un mínimo de diez minutos al día a la actividad contemplativa (meditar, rezar, mindfulness, ). En el año 2007, Britton demostró que los efectos beneficiosos de la meditación en el cerebro aparecen muy rápidamente. Hay estudios que sugieren que es posible apreciarlos incluso con solo diez minutos de práctica regular. Así que no hace falta ser ambicioso al principio, con diez minutitos podemos empezar.
- Acompañado es más fácil. Hacer las cosas en grupo puede ser una motivación añadida a la actividad meditativa. Por ejemplo, apuntarte a algún grupo, o incluso a clases para aprender, te forzará en un principio y, después, cuando hayas cogido el “gustillo”, podrás seguir solo.
- Utiliza la tecnología. Aunque suene contradictorio, para realizar este tipo de actividades puedes apoyarte en los recursos que ofrece. Hay multitud de aplicaciones que, de forma guiada, te ayudarán a realizar tus ejercicios de meditación, de respiración o de
En el estrés negativo (distrés) está el origen de muchísimas enfermedades, incluida la depresión. Pero no solo nos quita la salud, sino también la alegría; es el responsable de la insatisfacción profesional y vital. Solo en Europa, el estrés provoca la mitad de las bajas laborales, con unas pérdidas económicas superiores a los 136.000 millones de euros en 2015, fecha desde la que sigue en aumento. Ponerlo a raya es asunto urgente. Haz tuyas todas las claves que intuyas que te ayudarán, pero sobre todo haz uso de esas que siempre te han funcionado. Ser feliz y tener una existencia plena es el verdadero objetivo.