El talento deja huella, el liderazgo un legado. Legado en Derecho, es una forma de transmitir bienes o derechos tras la muerte de una persona (mortis causa); el legado o legatus fue un cargo militar del Imperio Romano, encargado de comandar una legión romana. ¿Qué significa dejar un legado de liderazgo? En este contexto, el legado tiene que ver con la influencia que se ejerce en la vida de los demás, formal o informalmente, directa o indirectamente. Para mí, el liderazgo son “palabras mayores” ya que su influencia puede tener un impacto positivo o negativo, pero siempre existe, el líder no pasa desapercibido. Ser un líder conlleva mucha responsabilidad, sobre todo porque está en juego la felicidad de las personas lideradas o legatarios – que reciben el legado-.
Y os preguntaréis, ¿por qué preocuparse por el legado de liderazgo? Porque toda persona que ejerza responsabilidad sobre algún equipo, lo quiera o no, va a dejar un legado, una influencia y una huella sobre estas personas. Repetimos: lo quiera o no. Lo que el líder deja será parte de lo que su equipo aporte al presente y al futuro. Esforzarse por dejar un buen legado de liderazgo es un acto generoso, de contribución a la sociedad, porque el legado que vivimos, es el legado que dejamos. Por eso, aquí os propongo un paso más: El líder no sólo tiene que lograr la coherencia entre lo que dice y hace, además tiene que ser congruente con lo que quiere y esto implica valentía.
El desafío está en cómo vivir de manera que nuestro legado tenga resultados positivos en quienes trabajan con nosotros e incluso, entre quienes nos rodean. Mi socia, Pilar Jericó, habla en su último libro -que verá la luz a principios de 2010- de los héroes cotidianos y siguiendo esta idea quiero hacer referencia también a los líderes cotidianos. Cada uno de nosotros ejercemos un liderazgo en algún ámbito de nuestras vidas, profesional o personalmente. Me atrevería también a afirmar que además, cada uno de nosotros hemos ejercido el liderazgo en un momento o momentos puntuales.
A las empresas también les interesa cuidar el legado que dejan. Como hablábamos anteriormente, las empresas no existen (frente a lo que Milton Friedman y otros economistas difundían) para maximizar el beneficio, sino para sobrevivir a lo largo del tiempo y mejorar la sociedad en la que viven. Por ello, las empresas desean “dejar huella”, superar las expectativas de los clientes y convertirse en modelos para el presente y el futuro. Entornos de los que todos los agentes (accionistas, empleados, clientes, la sociedad en su conjunto) se sientan orgullosos. Desde la humildad, pero también desde la visibilidad -“la visibilidad es el 80% del éxito”, señala Woody Allen-. Hablamos de empresas no vacías, con entornos que generan una buena reputación, de dentro hacia fuera. Desde la responsabilidad social corporativa y su reconocimiento como “mejores empresas para trabajar”, son entornos de enorme credibilidad. Que dejan un legado.
¿Eres consciente de tu impacto?
¿Alguna vez te has planteado cuál es tu legado?
¿Tienes claro el legado que quieres dejar?
…No te olvides de la huella que dejas al andar…
Marta Romo