Libertad Digital (Europa Press). 2 de abril de 2009
Según un estudio realizado por el departamento de gestión y márketing de la Universidad de Melbourne (Australia) liderados por el profesor Brent Coker, señala que las personas que navegan en el trabajo por placer, con un límite de menos del 20 por ciento del tiempo total que pasan en la oficina, “se concentran más y mejor que aquellos compañeros que no lo hacen”. Esta tendencia, conocida como WILB -‘Workplace Internet Leisure Browsing’-, engloba la búsqueda de información sobre productos, leer sitios de noticias, entrar en páginas de juegos “on-line”, ver vídeos en YouTube o visitar los perfiles de los amigos en las redes sociales. En el estudio participaron un total de 300 trabajadores, de los cuales siete de cada diez declaró realizar alguna de estas actividades. La causa del WILB puede ser atribuida al hecho de que las personas no cuentan con una capacidad perfecta de concentrarse. En este sentido, Coker apunta que los seres humanos “necesitan dispersarse un poco” y pone como ejemplo un clase donde la atención del alumno decae pasados unos 20 minutos, pero que vuelve a reestablecerse después de unos instantes de evasión. “Los descansos cortos, como echarle un rápido vistazo a internet, ayuda a la mente a descansar, lo que implica una mayor concentración en los días laborales, y como resultado, aumenta la productividad”, afirma Coker para quien las empresas no siempre tienen la razón cuando deciden bloquear webs para evitar que se pierdan millones en productividad. “No siempre es el caso”, añade. En cualquier caso, el experto advierte que el informe se basa en personas que utilizan internet con moderación, ya que la adicción a la Red provoca el efecto contrario en el buen funcionamiento de la actividad empresarial. “Aproximadamente un 14 por ciento de los usuarios en Australia muestran signos de adición como no tomarse descansos en el momento oportuno, pasar demasiadas horas “on-line” y enfadarse cuando alguien les interrumpe mientras navegan”, explica.