Artículo publicado el domingo 27-12-2009 en el periódico ABC
Termina el año y comienza otro nuevo que esperamos sea un diez y en el que ya estamos depositando esperanzas y nuevos propósitos para conseguir nuestros objetivos. Sin embargo, y como el que espera al final desespera, más que de buenas ideas, es tiempo de acción, de ponernos en marcha… pero, una nueva marcha. Ser innovadores es precisamente eso, llevar a cabo acciones que aporten valor o, mejor dicho, valores en acción. El entorno actual de crisis y la configuración de un mercado cada vez más global y abierto, sin barreras para los nuevos competidores, exigen una transformación profunda en las personas y en las organizaciones. ¡Ya está bien de tanto análisis del pasado, de lamentaciones y de tanto esperar que otros nos saquen del atolladero!
El economista Paul Romer suele decir que una crisis es algo terrible de desperdiciar, y cuánta razón tiene, porque pasa el tiempo y seguimos haciendo lo de siempre, lo que nos lleva a obtener más de lo mismo. Este modelo mental indica que algo no funciona bien en el sistema. Existe un desfase preocupante; la sociedad es hoy distinta a la de 1990 y, sin embargo, las prácticas de gestión siguen siendo esencialmente las mismas que en aquella época. En otras palabras, empresas y profesionales están intentando enfrentarse a una situación nueva con herramientas del pasado. Y así los resultados no pueden ser satisfactorios. No podemos conducir mirando el espejo retrovisor, necesitamos fijarnos en lo que está por venir para trazar el mejor recorrido. Para adoptar una nueva visión debemos modificar nuestros esquemas mentales y cambiar hábitos. Y eso sólo se consigue cuando abandonamos nuestra zona de confort, ese espacio resguardado en el que llevamos a cabo la gestión diaria siempre de forma cómoda y rutinaria.
Por ejemplo, vivimos un momento apasionante en cuanto a las tecnologías de la información, tenemos la oportunidad de acercarnos al entorno colaborativo que nos ofrece la `web 2.0.´ Desde este entorno, que constituye una de las mejores ventanas al mundo de la innovación y el desarrollo profesional, podemos acceder a todo tipo de información, crear y compartir contenidos, relacionarnos y ampliar nuestra red de contactos profesionales e incluso podemos encontrar trabajo. Y todo esto es gratis. ¿Estás dispuesto a perdértelo? Es la misma oportunidad que tienen las empresas para utilizar estas herramientas con el fin de fomentar la transparencia y la colaboración entre sus profesionales, gestionar el conocimiento o mantener una comunicación mucho más fluida gracias a la `web 2.0´.
La clave está en lanzarse a practicar sin miedo. Puedes empezar participando en un `blog´, enviando tus primeros mensajes en Twitter, colgando tu perfil en Linkedin, buscando en la red los contenidos que necesitas… La tecnología cada vez es más sencilla, la `web 2.0´ está pensada para el usuario final. Esa es, precisamente, una de las claves de su fuerte impacto en la productividad de las empresas. Atrévete, prueba, juega, investiga. Conforme vayas ganando confianza podrás dar nuevos pasos y generar nuevos hábitos. Observa, escucha y empieza a reflexionar sobre lo que está pasando alrededor: es buen momento para incorporar nuevas visiones, cuestionar las antiguas, introducir nuevas actividades en lo cotidiano y aprender el nuevo lenguaje de la colaboración. Estás a tan solo un clic… ¿A qué esperas?
Marta Romo
Directora de InnoPersonas y Conferenciante de Thinking Heads