Por por Ángela Méndez, publicado en Expansión.com
Ser más productivos y estar plenamente comprometidos es la consigna que reina en las empresas. Sin embargo, en el actual panorama laboral el estado físico, mental y emocional de los empleados se encuentra bajo mínimos. Recuperar y potenciar la energía es posible, el método consiste en descubrir cuál es nuestra realidad y cuidar nuestra alimentación, hacer ejercicio físico y trabajar la resilencia y la dialéctica emocional, es decir, el wellness empresarial.
El objetivo de todo empleado es dar lo mejor de sí mismo para que la empresa prospere y también por su propio desarrollo profesional. La cuestión es por qué muchas veces no lo conseguimos, por qué no rendimos como deberíamos y en qué perdemos esas fuerzas. Para Jim Loehr, reconocido psicólogo deportivo y fundador de Human Performace Institute, la respuesta es sencilla: “No usamos bien nuestra energía”.
Loehr, que ha dedicado muchos años al entrenamiento de deportistas de talla mundial en diferentes campos como el tenis y el golf, conoce cómo trabajan y cómo canalizan su energía en cortos periodos de tiempo para lograr su meta. “Observando a Jimmy Connors, Mónica Seles, Arantxa Sánchez Vicario o Sergio Bruguera he podido comprobar que el recurso más crítico que tenemos como seres humanos es nuestra energía. Sin embargo, la mayoría de nosotros falla en manejarla de una manera efectiva”, dice. Por eso, desde hace años comenzó a aplicar el sistema de entrenamiento de los deportistas al mundo de la empresa, para conseguir lo que él llama “atletas corporativos”.
Wellness empresarial
Esta metodología podría incluirse en una tendencia más amplia que se utiliza desde hace una década en Estados Unidos, es el llamado Wellness empresarial. Una estrategia que poco a poco va llegando a Europa y ahora se empieza a implantar en España.
Este modelo de gestión tiene que ver con impactar positivamente en la calidad de vida de los profesionales. Es decir, que la empresa se ocupe de que la vida de sus empleados sea mucho mejor precisamente por trabajar con ellos. En momentos como los actuales, cuidar a los empleados es, si cabe, aún más importante. Marta Romo, socia directora de Be-Up, recuerda que “está demostrado que la salud (física, mental y emocional) forma parte del perfil del profesional y es una de las mayores barreras al compromiso, actuando como elemento higiénico. La ausencia de salud –porque estamos enfermos, faltos de energía, con emociones negativas o con problemas de salud de cualquier tipo- provoca que no podamos comprometernos del todo porque nos falta fuelle o energía”.
El wellness no es solo cuestión de facilitar servicios de salud, fisioterapeutas, gimnasios, salas de relax… Tiene que ver con la generación de hábitos saludables, por lo que resulta esencial que se diseñen programas para fomentarlos. Romo explica que “estos programas deben tener un objetivo claro, un punto de salida (autodiagnóstico o medición inicial) y un seguimiento de las acciones. Si no se plantean como programas a medio-largo plazo, no puede haber éxito, porque se trata de cambiar algunas costumbres o rutinas poco saludables en los profesionales, para que vivan mejor y, en definitiva, trabajen mejor”.
Cuatro dimensiones
Loehr afirma que “la energía con la que hacemos cualquier cosa, y no el tiempo, es la clave para conseguir grandes resultados”, y además explica que dentro de la energía hay cuatro dimensiones: la física, la emocional, la mental y la espiritual y que todas están relacionadas entre sí. La espiritual es la que nos da la fuerza, la intensidad que le dedicamos a algo; la mental nos permite enfocar y concentrarnos en nuestro objetivo; la emocional hace referencia a la calidad con la que desempeñamos cualquier tarea mientras que la física se centra en la cantidad.
La manera de trabajar estas dimensiones consiste, según Marta Romo, en aumentar su energía física a través del cuidado de la alimentación, el ejercicio físico o la regulación del sueño. La fortaleza emocional se trabaja con la resilencia, la dialéctica emocional y la autoregulación. La flexibilidad mental hay que potenciarla aprendiendo a gestionar el tiempo, regulando los descansos e identificando los pensamientos y creencias limitantes. Mientras que el alineamiento con el propósito necesita que se dote de realidad el futuro y nuestros valores se integren con el modo de trabajar de la empresa.
Beneficios
Las mejoras que se obtienen al contar con empleados sanos son obvias, pero no por ellos menos importantes: menor nivel de absentismo, actitud más positiva y mayor motivación. “El bienestar es atractivo de por sí, a todos nos gusta, por ello también es una herramienta de fidelización y atracción de talento para las organizaciones. Además, creo que los programas de wellness también impactan positivamente en el ambiente de trabajo o clima laboral y en la creatividad, pues cuando descienden nuestras preocupaciones afloran nuestra ideas (nuestro cerebro se relaja y se pone en modo creativo). En definitiva, profesionales saludables = aumenta su satisfacción = impacta positivamente en la satisfacción de clientes = aumentan los beneficios”, explica Romo.