Durante y después de la pandemia, la salud mental emergió como un tema de gran preocupación. Sin embargo, el tiempo ha diluido esta urgencia, llevando a cuestionar si realmente se ha integrado como una prioridad en la cultura corporativa. ¿Hemos aprendido la lección, o seguimos siendo meros reaccionarios ante las crisis?
El Estado Actual de la Salud Mental en las Organizaciones
Inicialmente, muchas empresas redirigieron sus presupuestos hacia el bienestar mental, pero ahora, este enfoque parece haberse relajado. Se observa un cambio desde una preocupación genuina hacia una actitud más complaciente, donde las acciones de bienestar se realizan más por cumplir con una moda que por una verdadera convicción. Esta situación refleja una falta de preparación proactiva para los desafíos de salud mental.
Autocuidado en Entornos Laborales Tóxicos
En contextos donde los empleados no pueden abandonar su trabajo por razones económicas o personales, el autocuidado se vuelve crucial. Aquí, la red de apoyo del profesional, incluyendo compañeros de trabajo y relaciones fuera del entorno laboral, es clave. Fortalecer el sentido de pertenencia y buscar ayuda profesional son pasos esenciales para gestionar la salud mental en estos escenarios.
Integrando la Salud Mental en la Cultura Corporativa
Es importante entender que el bienestar no se consigue ofreciendo a los profesionales charlas o conferencias… A nosotros nos piden muchas acciones de este tipo y siempre aclaramos a nuestros clientes que es importante ir más allá.
En este sentido, propongo tres vías para ir más allá:
- Sensibilización y habituación. En esta etapa inicial formamos a las personas y les ofrecemos claves de distintas temáticas de autocuidado, pero para que esto cale hay que hacer “lluvia fina”, es decir, hay que insistir mucho repitiendo mensajes o profundizando en ellos para que esto sea recurrente en el tiempo.
- Cultura, valores y liderazgo organizativo. Esto es clave porque tiene que ver con el contexto de la persona. Por mucho que reciba información o formación, si su entorno de trabajo es tóxico, de nada sirve. El contexto es muy poderoso para generar bienestar o, todo lo contrario. En este sentido, conviene indagar y realizar de vez en cuando diagnósticos de cultura o de bienestar. Nosotros trabajamos con potentes herramientas para medirlo y es fascinante analizar la realidad organizativa para poder identificar evidencias de malestar o lo que técnicamente se denomina “entropía”, que es la métrica de la salud cultural de una organización, el nivel de caos o desorden de un sistema en este caso, humano. Podríamos decir que es la cantidad de energía que consume un grupo en actividades no productivas y que generan malestar. Aquí también se trabaja el liderazgo y se focaliza en el humanismo y la responsabilidad de los mandos.
- Personalización de Iniciativas. Es muy importante además de preguntar por las necesidades a los colaboradores, atreverse a hablar de otros temas divergentes relacionados con el bienestar y personalizar las iniciativas, ya que muchas veces las empresas ofrecen pan para todos en materia de autocuidado o hablan de lugares comunes y no aportan valor real…
Nosotros invitamos a las empresas a que se atrevan a hablar de nuevos contenidos cruciales en materia de autocuidado que tienen que ver con el florecimiento de la persona: además del descanso, la desconexión, la alimentación, la gestión emocional, etc. Atreverse a ofrecer apoyo para fortalecer las relaciones familiares (relación de pareja, relación y educación de los hijos), o apoyo en situaciones vitales concretas como el momento de la maternidad y paternidad a través de maternity coaching o el cuidado de personas dependientes. O indagar en contenidos para mujeres relacionados con la menopausia y perimenopausia. O en la salud financiera… etc, entre muchos otros.
Aunque hay una conciencia creciente sobre la importancia de la salud mental en el lugar de trabajo, aún hay un largo camino por recorrer para que se convierta en una verdadera prioridad. Las organizaciones deben adoptar un enfoque más integral y personalizado para garantizar el bienestar mental de sus empleados, yendo más allá de las tendencias y tratando la salud mental como un componente esencial de su cultura corporativa.
Esta reflexión nace de mi participación en el reportaje Y su empresa… ¿se ocupa como debe de su salud mental?, realizado por Montse Mateos en el diario Expansión.